viernes, 9 de enero de 2009

"Probablemente Dios no existe..."

"...deja de preocuparte y disfruta la vida". Así reza la publicidad para unos autobuses de Barcelona. Y, con ella, hemos rezado y rezamos. Vayamos por pasos contados.

"Probablemente Dios no existe". El físico escocés, Maxwell, para desarrollar su teoría sobre la cinética de los gases, recurrió a los promedios estadísticos. Boltzmann también echó mano de las probabilidades y las estadísticas de los sistemas microscópicos para predecir las propiedades macroscópicas. Y, luego, en el s. XX, también se siguió esta senda en la física cuántica. ¿Dónde está un electrón en un determinado momento? Bueno, quién sabe, probablemente estará aproximadamente más o menos... Este método ha dado resultados muy buenos en la física. Pero en el caso de Dios... Para empezar, ¿cuáles son los parámetros para medir las probabilidades? Como hay gente para todo, no ha faltado quien lo haya intentando, llegando a la conclusión de que la existencia de Dios es más probable que improbable. Pero creo que la razón humana es más amplia que la ciencia. y, para el supuesto divino, el método se antoja alicorto. Me parece que tiene razón la campaña, probablemente Dios no existe, ya que la cuestión es si existe necesariamente.

Así pues, "deja de preocuparte". No le des vueltas al problema con el método estadístico ni con la estrecha razón científica. Abre todo tu entendimiento y oriéntalo hacia la búsqueda de la verdad. No de verdades parciales ni de la suma de todas las verdades, sino de la Verdad. Y no tengas miedo a dejar atrás los hallazgos parciales ni a que lo que vayas a encontrar no confirme tus hipótesis de salida. En esto, más que ateo, hay que ser escéptico, en el sentido literal de su origen griego, es decir, buscador. Busca, que es preguntar y dejarte preguntar por la realidad y las realidades, por éstas en aquélla y viceversa. Incluso abre tu interrogación más allá de lo que abarques del tiempo y el espacio.

"Y disfruta la vida". No de algún aspecto de ella, sino de toda ella, cuanto más amplia mejor. Y, para hacerlo, busca en todo el sentido último. Un para qué que no dependa de una circunstancia o de una condición, que no esté sometido a término. Una finalidad última que lo pueda ser para cualquier vida, en cualquier momento y lugar. Porque, si no, no podrás disfrutar de ella; solamente de algunos aspectos de la misma y dependiendo de determinadas circunstancias. Déjate atraer por la belleza del sentido último en todos los momentos de tu vida y, en ellos, realiza el bien al que su hermosura te invite.

Sí, disfruta la vida. Y, para ello, camina de la mano de la verdad, la bondad y la belleza. Tal vez te lleven a un recodo del camino donde palpes tu indigencia, para allí arrancar de lo hondo de tu ser un grito pidiendo ayuda: ¡Sálvame!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Déjate atraer por la belleza del sentido último en todos los momentos de tu vida y, en ellos, realiza el bien al que su hermosura te invite."

Gracias por proponernos recorrer este atractivo y apasionante itinerario.

MJ dijo...

Que bonito, que positivo
Gracias
Es verdad, lo malo es lo que nos limita (y que creamos en ello) lo Bueno es ilimitado..
Demos GRACIAS a Dios

Anónimo dijo...

Cuando no era creyente, tenía un caracater más amargo y desgarrado, me daba todo igual, era más borde y antipática que ahora, y siempre tenía una tristeza de fondo, la vida me parecía un absurdo donde se sufre.

Como no podía más

Me acordé del evangelio, de lo que había aprendido en el colegio, de las bellas palabras de Cristo,(-el que no se hace como un niño....-no he venido a juzgar al mundo sino a amarlo..-los lirios del campo..) y decidí confesarme para poder pertenecer de nuevo a la Iglesia (no estaba fuera, hablando con precisión), pero yo quería volver a comulgar y ser de nuevo de Cristo.

Desde que soy de nuevo creyente, soy infinitamente más feliz, tengo alegría y fuerza interior, admiro a Cristo, tengo un camino claro y totalmente seguro que seguir,un camino que es fácil, es dificilisimo y donde no me aburro.
Puedo comprender y disfrutar de todos los aspectos de la vida con mucha más intensidad, sin comparación, me defiendo mejor en el mundo porque comprendo todo mejor.

¿como gozan los santos de la vida?
mil veces más que nosotros las personas del montón...de eso estoy segura.

Cuando vi el cartel de "probablemente Dios no exista..." pensé:
para mi no solo Dios no me impide gozar de la vida, sino que sin Dios no puedo gozar de la vida. En mi caso es así, mi existencia es absurda y amarga sin Dios.

Alfonso Gª. Nuño dijo...

Lo que dices de los santos y de ti misma me ha hecho recordar esto que dice S. Atanasio de S. Antonio que, como Adán en el Paraíso, vivía en armonía con todo y el mal no lo turbaba: "Era digno de admiración que estando solo en este desierto, no tuviera miedo cuando los demonios lo atacaban ni temiera la fiereza de tales animales salvajes, cuadrúpedos y reptiles, sino que como está escrito, confiaba en el Señor como el monte Sión, y conservaba su mente firme y en paz, de manera que los demonios huían, y las bestias salvajes, como está escrito, vivían en paz con él".