domingo, 18 de septiembre de 2011

Retorno obediencial (RB Pról. 1-3) – III

El lector-oyente se encuentra en un diálogo nuevo, no solamente porque haya palabras nuevas, sino porque se halla fundado en la explicitud de la Palabra. En él hay ciertamente palabras, pero éstas no están sin más en un ámbito de sentido meramente humano; la inmanencia del lenguaje humano ha sido fecundada en el ámbito del misterio divino.

El primer paso no ha sido ponerse él a la escucha, sino que la llamada de Jesucristo, su palabra, lo ha puesto ahí. En un mismo momento, análogo al primero de la creación en que ser real y estar ante Dios se dan a la par, semejante al primer instante de la vida en que empezar a vivir es estar ya viviendo, se da la primera palabra y su escucha.

Y estar en la escucha es estar frente a lo escuchado, es el camino de la obediencia, del ob-audire: camino de retorno, de obrar por lo escuchado. El pecado es la lejanía, en tierras extrañas, a la casa del Padre, es salirse del ámbito del diálogo en el misterio divino. Y la llamada es posibilitarnos el camino de regreso re-situándonos en ese ámbito.

Esa situación empieza por ser pregunta a responder, llamada a secundar. El hombre es responsable porque es susceptible de ser preguntado, de modo que no puede no responder. La respuesta es libre, pero no puede dejar de responder. Y, por ello, está en la obediencia, porque tiene que responder, porque está como respondente frente a lo escuchado y cómo lo haga será por lo escuchado. Su respuesta será siempre u obediencia o desobediencia.

Y el maestro-padre, en un primer momento, lo invita a acoger su enseñanza en vaso vacío que ha de colmarse con su respuesta, la semilla ha de caer en el hondón de uno mismo para poder ser fecunda en la respuesta.

La obediencia en manos del guerrero es arma fuerte y luminosa, apta para la verdad y la bondad. Pero solamente en manos del guerrero, en la de quien ha decidido renunciar a sus voluntades, a purificar su corazón, para que toda su vida esté puramente ordenada al servicio del verdadero Rey, Cristo. Se trata de obedecerle a Él. El maestro-padre es solamente un servidor suyo para instrucción de quien ha decidido dejarlo todo y seguirLo.

4 comentarios:

RockyMarciano dijo...

Siete alumnos y un maestro,
tras los pasos de Benito,
meditamos este escrito
y el prólogo hicimos nuestro.

Escuchamos en la escuela
de las voluntades unas,
ni leoninas, ni zorrunas,
que obedecen sin cautela.

El misterioso poema
no pienso explicar ni puedo.
Como orate insigne quedo,
sobrellevadlo con flema.

Mrs Wells dijo...

Esa situación empieza por ser pregunta a responder, llamada a secundar. El hombre es responsable porque es susceptible de ser preguntado, de modo que no puede no responder..

--------------

Mrs Wells dijo...

Y ahora, cambiando el tema
toda escuela tiene recreo
que en este caso, yo creo
es Marciano y su poema
Los poemas de Marciano
que cada vez que los leo
disfruto como en verano

RockyMarciano dijo...

Muchas gracias, Mrs. Wells,
por tus amables palabras.
Tu gloria en Olimpo labras,
the place where the fair Muse dwells.

Pues San Benito es festín,
que su regla te alimente.
Llévala siempre en la mente,
en español, o en latín.