Este es el cartel de una de las conferencias que voy a dictar en México, D. F. Aquí un anticipo:
Toda escuela psicoterapéutica tiene como trasfondo una determinada visión del hombre, lo cual repercute en la forma de ver y ayudar al paciente; esa antropología, a su vez, tiene su base en una metafísica explícita o implícitamente operante. Preocuparse por las cuestiones metaclínicas de cualquier visión psicológica es una tarea que no puede ser eludida ni por un estudiante ni por un profesional. Vamos a dedicar este tiempo a un primer contacto con el pensamiento de uno de los grandes maestros de la psicoterapia del pasado siglo y, por tanto, con la logoterapia, a la que algún autor ha venido en llamar la «psicoterapia centrada en el sentido».
Viktor E. Frankl (1905-1997) es el padre de la logoterapia, la considerada Tercera Escuela Vienesa de Psicología, después del Psicoanálisis de Freud y la Psicología Individual de Adler, y tuvo como una de sus constantes preocupaciones fundamentar adecuadamente en una sólida base antropológica el ejercicio de la psicología y de la psiquiatría. Un fundamento en el que encontramos tres novedades importantes respecto a otras concepciones de la psicoterapia: la recuperación de la causa final, la tricotomía antropológica y la centralidad de la acción inmanente. En él hallamos, en su propia disciplina, un intento de superación de la modernidad.
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