jueves, 10 de abril de 2014

Sufrimiento y direcció n espiritual. Apuntes desde Viktor E. Frankl y S. Rafael Arnaiz

En el primer número de este años de la revista Teología y Catequesis, ha salido publicado un artículo mío (pp. 97-123). El título es el mismo que el de esta entrada. Os copio el párrafo final.
Frankl y S. Rafael Arnaiz nos han ayudado a ver la importancia del sufrimiento en el crecimiento humano y en el camino a la santidad. También hemos podido constatar algunos elementos a considerar en la dirección espiritual. En ella, se parte de algo que ya es real en el dirigido y sin lo cual no es posible una dirección espiritual propiamente dicha, la adhesión a Dios como fin último de la vida, querer seguir a Jesús, aunque pueda estar pendiente la concreción vocacional. Desde ahí, la purificación del corazón es un paso obligado. Los sufrimientos sobrevenidos, por pequeños que sean, sin perjuicio de los voluntarios, han de convertirse en el mejor aliado. El director espiritual tendrá que ayudar a descubrir, a través de ellos, aquello de lo cual el dirigido ha de irse desprendiendo para entregarse cada vez más puramente al único fin para el que hemos sido creados, cada cual en la concreción de su vocación. Pero no se trata de una mera lectura de la propia historia, sino que, por medio de la confianza en la providencia divina, además de ser posible la vivencia auténtica del sufrimiento, éste es ocasión para ver el amor de Dios cuidando de uno en su pequeña historia personal. Ahora bien, la indiferencia, la negación de sí mismo, es solamente preparación para que la víctima purificada pueda abrazarse a su cruz y seguir a Cristo. En un primer momento, el sacrificio tiene ante todo un carácter purificador, su principal beneficiario es el propio sufriente, pero lo es para dar paso a un sacrificio plenamente unido al pascual del Señor, que es culto agradable al Padre y salvación para los hombres.